miércoles, 12 de septiembre de 2007

Novissimus Ars Amandi (De los poemas apócrifos de Helene Cixou)





Se agradece a los hombres levantar la tapa antes de hacer lo suyo.

Merci beaucoup.

lunes, 3 de septiembre de 2007

Eva restricta



Una vez hechas las averiguaciones y concluidos los interrogatorios, mi padre decidió castigarnos. A mí, me expulsó de su casa y suspendió toda clase de prerrogativas, me dijo: “En adelante, te ganarás el pan con el sudor de tu frente”. A Eva le dijo cosas peores. Ahora, es la dueña del dolor. Con todo, lo bueno es que hemos nacido a otra vida. Pero a Eva cualquier cosa le duele.

lunes, 27 de agosto de 2007

Epifanía

Cuando se abrió la puerta del ascensor, un hombre de estatura muy pequeña, y gordo como un saco de agua, nos preguntó si estábamos subiendo. Nosotros cruzamos unas miradas de inteligencia, y sonriendo muy discretamente le hicimos entender. Él se sonrió también y exclamó: ¡Qué bruto! Si estoy en el último piso. Se acomodó entre nosotros, al tiempo que la puerta se cerraba tras él; y, no sin estupor, advirtió, al darse la vuelta, que continuábamos subiendo ---el edificio se abría al cielo, espléndido como un tulipán, y dejaba ver, sólo para nosotros tres, el maravilloso suceso. Tiempo más tarde, reparé en el alcance y significado de aquella travesura. Hallándome solo dentro del mismo ascensor, y una vez que el aparato hubo llegado a la Planta Baja, al abrirse las puertas, una joven de presencia fascinante, formas rotundas apenas contenidas por su piel de fina seda y ojos resplandecientes como el ámbar, me preguntó: ¿baja? Yo procuré inhibir mi primer impulso, no obstante lo cual me quedé de pie frente al tablero, y con los ojos puyúos --- esto es, anticipando los ardores y oscuros gozos que nos aguardaban en ese abismo de candela deliciosa al que habríamos de precipitarnos--- le contesté: Sí, cómo no, pase adelante.

sábado, 11 de agosto de 2007

Modestia aparte




Su mujer ha montado en cólera y no le falta razón. Aunque nadie puede asegurar que está fuera de sí, Gonzalo advierte en su mirada esquiva, en la expresión pétrea de su rostro, en el gesto duro de su frente, en la línea finísima de sus labios, las señales inequívocas de su suprema arrechera. Si bien estaba ya acostumbrado a tal circunstancia ---no tanto porque su mujer fuese particularmente volátil, sino porque él era bastante romo y lerdo--- había algo que le decía que esta vez era diferente. La fiesta transcurre sin novedad, los amigos liban sin descanso el whisky doce años que Gonzalo les brinda… El buen Gonzalito, el pana Gonzalacho, el casi pendejo, si no fuera por su doctorado y el sueldazo que se gasta en El Norte como profesor de una universidad de nombre impronunciable.

¡Quién lo diría! El mismo Gonzalo que una tarde de verano lanzó altísimo una pelota y pronunció en éxtasis el número 7 mientras todos los demás echaban a correr como endemoniados a la espera del seco comando ¡STOP! que daría inicio al juego, Augusto fue el primero que detuvo su carrera y estalló en carcajadas porque el STOP nunca llegaría: era ese el número de Gonzalacho, ‘ñoelamadre… Y apenas los demás lo advirtieron también, un coro de risotadas le dejaron saber que debía detener su frenética carrera, para voltearse y verlos revolcándose y llorando de la risa, como siempre lo han hecho cada vez que recuerdan el episodio.

La risa siempre ha sido la vía de escape de Gonzalo, provocarla como quien lanza una cortina de humo, hacer creer que uno se burla de sí mismo, que lo hace a propósito: hacerse el borracho para esconder que estás chapeto con la quinta cerveza; hacer el payaso para que no se burlen de ti, pues no sabes jugar béisbol con pelotica de goma o te da culillo meterte pa’ lo hondo en la playa. Pero esto ahorita no ha sido una payasada, aunque todo el mundo la ha recibido como tal: Gonzalito, el ocurrente, ¡qué bolas, Gonzalo! Augusto escupió el whisky en una cascada fina que acabó en una risotada, como siempre: ‘ta buena esa, Gonzalo. Y él… sin saber, sin enterarse.

¿Cómo no decir, entonces, que Gonzalo es un tipo supremamente torpe? ¿Cómo hacer ahora? Su mujer está enojada, de eso no cabe duda, pero hay que detener la fuga, una vez más, y leer el coro de carcajadas, interpretar la algazara. Coño, la respuesta más natural era hacer acto de modestia, pero la cosa no pega, ¡Ah, carajo!… ¿Por qué esa otra maldita costumbre, tan impenitente como la torpeza? Augusto dice que se complementan: la cara de perplejidad (de estúpido y fingido asombro) que Gonzalo solía poner cada vez que le entregaban la máxima nota del examen en el cual todos los demás salían miserablemente raspados. Esa cara se corresponde perfectamente con lo demás, porque Gonzalo, a fin de cuentas, lo que deseaba mas que nada era ser aceptado por el grupo. Así, su sobresaliente inteligencia no era más que buena suerte, y merced a ello, modestia obliga, fue pura suerte muchachos... Pero está claro que esa vaina no funciona todo el tiempo, Gonzalo, y la arrechera de tu mujer así lo atestigua. Tu mujer, muy oronda, ha dicho que tiene buena mano ---como colofón adversativo de una plática acerca de cómo los maridos engordan después del matrimonio. Y no está bien, entonces, que tú digas en un arranque de modestia que tú no… Tú no tienes buena mano. Gonzalo, coño, que las palabras no se pueden recoger como quien junta los trozos de un jarrón que ha estallado en el suelo. Mejor, piensa lo que vas a hacer después de que todos nos vayamos, envidiando tu suerte de 75 mil dólares anuales, tu hado de Tenure Track Professor, así… en un inglés mal pronunciado y con mayúsculas… Ve a ver qué dices, Gonzalo… No puedo dejar de pensar en ti, Gonzalo, porque de vuelta a la casa, Augusto me dice que menos mal que todo sigue en su sitio, tú allá y nosotros de este lado sosteniendo el mundo tal como se conoce, suspirando aliviados y muertos de risa… Si Gonzalo sigue siendo Gonzalito, entonces nosotros seguimos siendo nosotros, ¡qué alivio!

lunes, 30 de julio de 2007

De retazos y veleidades



Asdrúbal está hecho de retazos y veleidades. Lo primero que escuchó en su vida fue “tiene la nariz de su padre”, al tiempo que alguien más agregaba: “y la boca de su madre”. Asdrúbal, desde siempre, se ha mostrado incapaz de decir nada original. Usualmente, se rodea de gente ingeniosa y ocurrente. Con ademanes estudiados las halaga, y luego, con esmero, copia y reproduce frases y actitudes, pero sobre todo los chistes. Su ascenso ha sido meteórico, la prolijidad de su plan intachable. Al cabo de poco tiempo ha sido recibido en los más selectos círculos de la ciudad, y considerado, además, como uno de los tipos más inteligentes y combativos; claro, con ese inagotable repertorio de gestos ajenos y ese verbo fácil para la arenga y el insulto... Como un voraz animal ha estado fijando su atención en cuanta ocupación o negocio pueda saciar su ánimo diletante. Recientemente, ha parado mientes en el desarrollo de una carrera como alto funcionario del poder popular ---acaso sea una promesa de señorío, de preponderancia lo que lo tienta, embriaga y afana. Ahora, no para de hablar de la visión holística del hombre y la naturaleza, del fin de las ideologías, la justicia social, los precios del petróleo y los indicadores macroeconómicos. Con una inefable erudición de crucigrama aporta su inmensa sapiencia en la solución de los problemas del país y se siente parte perentoria e indispensable del proceso. Y sobre todo, hoy más que nunca, habla tan sólo en primera persona.

miércoles, 18 de julio de 2007

Salvatore y el sexo



Salvatore era un viejo amigo de mi hermano mayor. Hablaba siempre con voz pausada y modales delicados. Un día cualquiera, me comentó que jamás se había acostado con mujer alguna. Le pregunté, sutilmente, si era homosexual –bueno, no sutilmente, más bien con asombro, con urgencia y no poco estupor; y recalcó que no se había acostado con n-a-d-i-e. El tema sexual era apenas la punta del iceberg de su inane existencia. A todas estas, yo me preguntaba qué podía ver mi hermano de interesante en él, Salvatore era un tipo gris –esa es una imagen muy socorrida, pero de momento es la única que me sirve, aunque puedo agregar que Salvatore parecía vivir aquejado de aburrimiento: se contentaba complaciendo a los demás, realizando las tareas corrientes que ninguno quería hacer y parecía pasarse la vida tan callando. Luego, al conocer mejor a Salvatore, advertí que mi hermano apreciaba en él su plática amena y vibrante, su inteligencia dispersa, su agudeza y ese raro sentido de la observación que faculta a ciertas personas a emitir juicios de otras sin marrar en lo que dicen y ofrecer consejos oportunos y atinados; pero por encima de todo destacaba una deliciosa habilidad para contar historias, las cuales montaba con rapidez y sin esfuerzo para ilustrar sus razonamientos.

Por otro amigo de la universidad, me he percatado de que la compañía de Salvatore es codiciada por muchos en Valencia, pero de un modo extraño porque en el fondo nadie admitiría que era chévere andar con él, nadie concedería en público que lo contaba entre sus más allegados –sobre todo entre los de mi especie… Me pregunto quién puede ser el valiente y seguro de sí mismo capaz de decir: me fui a tomar un café con Salvatore, que no una cerveza, sin sentir que estaba revelando un caro secreto, una tara vergonzosa.

Una tarde, mientras platicábamos, Salvatore sacó de nuevo a cuento el tema aquel de la virginidad. Le recomendé que visitara a un psiquiatra o a un terapista –la verdad, porque no me vi a mí mismo llevándolo a la azotea de Hotel Camoruco, como quien inicia a un carajito, me asaltaba una especie de incomodidad pensando en que luego debería ofrecer alguna explicación a las putas, habida cuenta de mi condición de habitué del sitio, y tomando en cuenta los delicadísimos modales y la voz levemente aflautada de Salvatore.

Supe después que, a pesar de todo, el hombre seguía tan asexuado como siempre –digo a pesar de todo porque me contaron que alguien sí tuvo la valentía de llevarlo a un lupanar cosa a la que se negó categórico. Por un azar cualquiera, –en el que el extraordinario poder de persuasión de mi hermano tuvo que ver– Salvatore fue a dar a manos de un terapista de línea dura quien, felizmente para muchos, tenía por norma el uso de facilitadores sexuales –algo así como hetairas, pero menos sabias quizá, y más sabrosonas. El caso es que cuando a Salvatore le tocó su sesión de taller sexual, el terapista se frotaba las manos pensando que había logrado redimir el sexo apático de su paciente, pues la sesión se prolongaba por espacio de horas y horas. Entonces, una vez que hubo esperado un tiempo prudencial, el terapista se aventuró a espiar cuanto sucedía en la sala. Consiguió a Salvatore persuadiendo a la chica de que no hiciera más ese trabajo: ella, una chica tan linda, estudiante universitaria, de tan buena familia ¿cómo va ser, Jesucristo? Mientras ella, abrazada a sus piernas, lloraba inconsolable.

domingo, 24 de junio de 2007

Los Valores de los venezolanos

(primer borrador para un artículo de opinión escrito por el Dr. Nahím Robles, allá por 1995, creo, y que hoy traigo a cuento por su valor, si se quiere, arqueológico…)


Consultas Siglo XXI, la prestigiosa empresa de investigación social y de mercado fundada por mi entrañable amigo Alfredo Kessler Manjarich, ha realizado recientemente una encuesta cuyos resultados llaman urgentemente a la reflexión. Un grupo de calificadísimos cientistas participó en la elaboración de este riguroso instrumento de consulta popular. Algo más de trescientas cincuenta y ocho mil personas (repartidas en tres categorías: hombres, adolescentes y niños pre-púberes) contestaron las acuciosas preguntas de Kessler, Schmidt & Guanipa. La encuesta, como hemos apuntado, arroja resultados alarmantes: el venezolano se descompone a marchas forzadas. El estudio logra una amplísima visión panorámica de las respuestas típicas que los venezolanos dan a los problemas y cuestiones más álgidas de nuestro tiempo. Creo, sin lugar a dudas capciosas (esas dudas de los enemigos del sistema, de los agitadores de oficio), que se trata del más preclaro esfuerzo de investigación cuyo análisis es indispensable para entender que lo que ocurre es una señal inequívoca de la degeneración progresiva de los sistemas políticos de Occidente, Centro y Sudamérica. Como quiera que sea, ya lo dijo el Dr. Carlos M. Estrada B. : "Esto se lo llevó quien lo trajo". Así pues, conocer y manejar sin ambigüedades, y con buena fe, con espíritu de patriotismo, con sentido de responsabilidad social e histórica, los resultados de esta encuesta, interesa a todos, especialmente a nosotros la clase gobernante, los maestros, religiosos, empresarios y dirigentes vecinales; en fin, a todos aquellos quienes cumplen funciones de liderazgo en la escena parroquial, nacional y hemisférica.
¿Qué piensan los venezolanos, cuál es su actitud frente a las cuestiones fundamentales? Sería absolutamente pedante un intento de síntesis de tan prolífica, profunda y preclara consulta. Lo conveniente sería que se examinasen con detalle los resultados, se analizaran y se discutiesen con acuciosidad, como si se tratase de un problema de seguridad nacional, y, por añadidura, nos sirviésemos de ellos, ojalá, en tanto estímulo a investigaciones futuras.
Por razones de espacio, echemos una ojeada tan sólo a lo que aparece recurrentemente en la mente de los venezolanos ---Quisiera destacar antes de comenzar la reseña estadística, que tan sólo un propósito nos anima en esta labor, la de poner en relieve nuestro más caro principio ciudadano prescrito sabiamente por El Libertador Simón Bolívar: "Moral y luces son nuestras primeras necesidades". Valga, pues, la cita bolivariana.
El estudio de mis entrañables colegas revela una sociedad en la que los individuos han ido perdiendo progresivamente entusiasmo vital, interés, vivacidad y motivación. Ante la pregunta: ¿qué es lo que más a menudo sientes en tu fuero más interno? La mayoría respondió: ¿qué es fuero? Luego afirmaban: “Caligüeva, no más. Provoca irse a otro país.” El venezolano no se valora a sí mismo, no se tiene en alta estima y, en realidad, prefiere no pensar en ello. En lo que hace a la política un 72 % de la población opina que los partidos políticos no los representan; a la vez que un 93 % es de la opinión que aquí lo que hace falta es un caudillo resteado, que ponga mano dura en este bochinche de ortópteros noctámbulos; y no estos partidos que ensucian la calle jurándose la tapa del frasco, cuando en realidad la gente les presta atención tanto y tan seguido como a la bosta de caballo que hiede.
En materia de planificación familiar y control de la natalidad, un 65% de la población piensa que con la puntica dentro y al quinto día, no corremos riesgo alguno, mi amor ---por añadidura he de agregar que todavía la población femenina se traga el cuento de la cabecita, mi amor, como si aquéllo no adoleciera, como lo hace, de hombros. Por otro lado, el 89 % de la población adulta, adolescente y pre-púber del país opina que usar profilácticos es como comerse un helado con papel, el otro porcentaje no sabe, no contesta; esto es, virginidad extemporánea, pues. Tal situación es completa responsabilidad de los gobiernos ignominiosos de la democracia socialista y cristiana, marcada por el populismo tan característica de la década de los setenta. Nuestras chicas poseen un porcentaje de embarazos precoces y en situación de soltería, alarmante, lo cual nos lleva a pensar que en un futuro, en la calle, no nos será fácil distinguir entre madre e hija, lo cual acarreará múltiples y severos problemas de orden público. Por si fuera poco, el venezolano no cree en la familia o en la vida en pareja: su principio fundacional es: “El que coje feas, coge más”. Principio éste observado por algo más del 65 % de la población; al tiempo que el resto expresaba: “no, yo no manejo”.
No es como para quedarse con los brazos en jarra, y volvamos al aspecto político, reparar en el hecho de que la mayoría (70 %) cree que votar es un asunto engorrosísimo que inventó un sujeto bastante ocioso que no ve durante las mañanas de los domingos las carreras de caballos, la Fórmula Uno, el Beisbol Profesional o el Basquet. Las damas no opinan diferente: “¿Cómo ir a votar –sostiene una de entre las encuestadas– si la cola siempre esta larga? Y entonces no te dejan pasar a menos que estés preñada o con un hijo en brazos, los míos ya están grandes y ni modo que me los lleve... Esa es una cosa latosísima.” El dato es importante para entender el fenómeno de la abstención electoral. Aparentemente, la gente no vota porque la última vez que lo hizo se perdió el accidente de Ayrton Senna, la final del campeonato mundial de Badmington o el tres a dos aquel entre Brasil e Italia en el mundial, o bien, porque las várices no lo dejan. En resumen, asuntos impostergables, de interés hemisférico y aun de salud física y mental se interponen, cada vez, al deber cívico de nuestro ciudadano común.
Giovanni Salvatori, uno de los más eminentes cientistas sociales de nuestro tiempo, apuntaba en su libro fundamental Ahí está el detalle (1985), que la democracia carece de viabilidad si los ciudadanos no comprenden y valoran en su justa medida las instituciones sobre las que descansa el sistema. De ello hemos venido hablando con insistencia, no hay duda, el venezolano no cree en lo más mínimo en quien lo representa. No obstante, no es éste un fenómeno exclusivo de nuestro convulsionado país: en toda la América nadie cree en nadie. Una encuesta hemisférica realizada por Kohler & Bros. demuestra que los uruguayos también piensan lo de la puntita, al tiempo que los ecuatorianos sostienen a pies juntillas que todo el mundo es de naturaleza honesta, en virtud de lo cual si un conocido te pide un peso para devolvértelo mañana, hay que dárselo y esperar confiado el cumplimiento de la obligación. Asimismo, los paraguayos apuntan que Beverly Hills 90210 es más entretenida que el Zorro, al tiempo que los bolivianos apuntan que los actores brasileros poseen el don de la ubicuidad, pues son capaces de estar en tres canales a la vez, y en telenovelas distintas.
Esta especie de cortocircuito provocado por el asombro ante una realidad que nos rebasa, la desconfianza por las instituciones y esa decidida, pero aparente devoción por las instituciones democráticas, es el asunto, más importante que debemos afrontar los políticos de avanzada en este final del Siglo XX. Del éxito de tan delicada empresa depende la posibilidad cierta de vida civilizada, mercado de capitales, régimen neoliberal y de seguridad social y deportiva, toda vez que tales potencialidades son indisociables. No perdamos de vista el insigne proyecto bolivariano, y su ineludible prescripción: “Moral y luces son nuestras primeras necesidades”. Hay que educar para que la gente haga lo prescrito y no lo proscrito. Hagamos de nuestra América una América toda, un continente unido por un mismo idioma y un mismo pensar. Unas mismas convicciones e imaginario –¡-La cabecita, compatriotas! Debemos imponernos vivir en libertad, sólo en la medida en que sigamos este imperativo estaremos en buen camino. Si bien todo apunta a la descomposición, la deconstrución, y la desesperanza aún tenemos un futuro: los niños. Ellos son el presente de nuestro porvenir. Educar es la clave: “Un ser sin estudios es un ser incompleto”, “No a las drogas, sí al deporte”, “O inventamos o nos copiamos”, “El pueblo unido jamás será vencido”, “Hay que oír a los niños”. “no dejemos para mañana lo que podamos hacer hoy” –¡las feas, conciudadanos!

martes, 15 de mayo de 2007

Del orgullo

No advirtió las primeras señales, o más bien, no reparó en ellas. Pasaron completamente inadvertidas para él las amarillentas manchas en la funda de su almohada que con disgusto contemplaba su esposa mientras levantaba las fundas y las colocaba al trasluz, como si examinara una radiografía, un poco como si la funda misma escondiera la explicación a tan extraño prodigio. Tampoco prestó mayor atención a esa extraordinaria humedad en la comisura de sus labios que a veces tenía que atajar, con la punta de la lengua, discretamente. Menos aún, halló conexión alguna entre aquello y el hecho de que con demasiada frecuencia se le escaparan frases enteras que articulaba como ahogadas en una espesa y cristalina sustancia ---más de una vez se sorprendió limpiándose con prisa el labio inferior como quien procura retener un derrame. Nada tuvo la menor importancia ni fue objeto de atención sostenida, ninguno de esos accidentes fue interpretado con arreglo a lo que eran: augurios de la catástrofe provocada por su impenitente soberbia ---con altanería contestaba a la pregunta hecha mil veces con la misma frase desgastada, como a imbéciles trataba a los periodistas que se agolpaban, micrófonos en mano, para inquirir la misma estupidez cada vez que le veían. Pero hoy es diferente, él ya sabe, finalmente se ha dado cuenta de todo, y en este preciso instante en el que ha detenido su carro a la orilla de la carretera, con la cara descompuesta se ha mirado en el espejo retrovisor (como si fuese necesario ver, también, aquel líquido proceso), se ha bajado del carro y sujetándose del guardafangos, de rodillas sobre el pavimento, mientras sostiene su cara con la mano libre, ha dejado salir todo aquello, sólo ahora mientras ve humedecerse el pavimento caliente y la saliva fluyendo libre, cuesta abajo, por el camino, adquiere una certeza, tiene una revelación que se hace presente como un fogonazo, que puede sentir como un escalofrío: hoy día va a tener que tragarse sus palabras.

sábado, 28 de abril de 2007

Memorias de familia

Preguntarle la edad a una mujer es una descortesía, quién no lo sabe, pero al respecto, mi tío abuelo Alberto tenía una opinión diferente, él solía decir que era, también y sobre todo, una oportunidad propicia para conocer el carácter de una dama… Sus hermanas contaban que siempre hacía la misma pregunta, y esa pregunta era la medida de todas las cosas.

Las hermanas celebraron el día en que, finalmente, el tío abuelo sentó cabeza. Siendo el mayor, fue el último en casarse, pues a su inveterada costumbre de medir la honestidad de una mujer por una simple pregunta, se unía un carácter de los mil demonios y una ligereza de juicio que lo llevaba a hacerse ideas rotundas acerca de las personas por cosas tontas o mentiras blancas, sobre todo por el tema de las mentiras…

Mi tío abuelo no perdonaba las mentiras y todos los sobrinos lo sabíamos de sobra ---He de agregar, en este punto, que mi tío abuelo tenía en su casa una bodega a la que acudíamos, de vuelta de la escuela, en busca de las sabrosas Galletas Carabobo de Vainilla, de los Chicles Base-Ball, de los dulces Chomp. Ahora bien, el punto es que esa intolerancia hacia las mentiras nos hacía encarar, con más frecuencia de lo deseado, un serio conflicto, pues la otra cosa que no soportaba el tío abuelo eran los chismes y las delaciones. Él solía decir que las mentiras y las delaciones eran las dos caras de una misma moneda, esto es, merced a una vergonzosa incapacidad de asumir la responsabilidad por las equivocaciones, nos ponemos en evidencia delatando al más tonto o dejando ver, en cambio, una flaqueza de carácter, una imperdonable falta de entereza y asertividad.

Así, nosotros aprendimos a lidiar con el monstruo ( ...y que lo diga mi primo Pepito con quien yo repartía el botín de dulces y chucherías), pero es que teníamos una ventaja: de nosotros nunca podría deshacerse, por ser sangre de su sangre; por otro lado, valga señalar que nuestra tierna edad hizo posible que adquiriéramos la ciencia y la técnica (cosa que no hizo la tía abuela quien sólo alcanzó a refinar las expresiones de su mansedumbre): podíamos mentir sin mentir, delatar sin señalar con el dedo. Siempre me acuerdo del tío abuelo, que en paz descanse, a él debo lo más caro y útil de mi repertorio de infame.

jueves, 8 de marzo de 2007

Tres deseos


Cuentan los hombres dignos de fe (pero Alá sabe más)que el primer deseo de Ali Abd al-Rahman Azzeh fue muy simple: ser reconocido, que la gente al ver su foto en los diarios o saber de él por los noticieros pensara: “a ese tipo lo conocí yo en mil novecientos setenta y tantos”. Deseó, pues, que su historia trascendiese y su rostro fuese del dominio de todas las tribus temerosas de Alá (La gloria sea con aquel que no muere). Los otros dos deseos se ajustaban más a lo convencional: mujeres y dinero. El genio a cada requerimiento replicaba: “hecho”. La tradición registra que su historia tuvo lugar en un lugar tan ignoto y lejano como Venezuela. Su familia se enteró de todo cuando uno de los que estaba de vuelta de aquellos lejanos y tropicales parajes leyó en la prensa local: “Apresado falso jeque y desmantelada red de corrupción en La Rinconada”.

martes, 27 de febrero de 2007

De la fe y otras chucherías


En mi barrio, entre los aficionados al fútbol, la más vehemente manifestación de la frustración es la fe sin límites ni recato. Hay quienes, sintiéndose más aventajados y perspicaces, como mi hermano Saúl, dan cuenta de la expansión de este fenómeno hacia todos los escenarios de la vida ciudadana… Especialmente entre cierta gente plañidera.

viernes, 23 de febrero de 2007

De los Evangelios Apócrifos


No soy misántropo, y mi valor no ha menguado un palmo, pues tampoco soy medroso. No soy un sujeto desleal o hipócrita, ni un coño de madre, como sostienen los más abusivos y soeces. Es absolutamente falsa esa especie difundida entre el populacho. Es más, me atrevo a desmentir a nuestros más reputados cronistas quienes han hecho eco de cuentos de camino, pues nunca antes la profecía fue traida por voluntad humana. ¿Cómo podemos consentir que Profecía alguna sea objeto de interpretación privada? Es necesario que estéis atentos a la palabra profética más segura, a la cual hacéis bien en estar atentos como a una antorcha que alumbra en lugar oscuro, hasta que el día esclarezca y el lucero de la mañana salga en vuestros corazones. Porque ese lamentable incidente del cual dan cuenta las escrituras es apócrifo, os los puedo asegurar. Lo que ocurrió –lo que a cualquiera puede sucederle– fue que me falló la memoria.

domingo, 28 de enero de 2007

La educación de un cierto lagarto


Para un camaleón la educación de sus vástagos constituye un deber insoslayable. Aun así, una cierta pareja de estos lagartos que conozco, no puede domeñar el insoportable impulso de su niño por repetirlo todo a viva voz e imitar poniéndose en evidencia. Algunos celebran las que, a propósito, llaman gracias. Su padre, en cambio, es severo con la inconstancia. El niño no entiende los misterios de los tropismos y el disimulo. Su padre no se cansa de repetirle: para un camaleón, el pasar inadvertido es un arte fino.
El niño no hace caso, y sucumbe una y otra vez al oscuro influjo. Su padre se ha dado cuenta, hoy día, de que el chiquillo está mudando la voz. Pero esa voz destemplada y aguda le enciende el ánimo y le está revolviendo la cena. Falta nada más que le salgan plumas verdes, dice. Su mujer enrojece, cambia de tema, y, camino a la cocina, mira de reojo el sofá. No puede sustraerse de pensar --sintiendo como un vértigo-- en aquel loro parlanchín, tan divertido, que vivía en el 4-B.

jueves, 25 de enero de 2007

Get Smart


La agente Noventa y nueve, angustiadísima, aún reponiéndose de la impresión, estupefacta y aterrorizada por el reciente descubrimiento del infalible plan de Kaos para desvastar nuestra sociedad exclama: !Maxwell!,¿qué haremos? Está en peligro todo el mundo civilizado. Maxwell, replica sin respirar: Y los Estados Unidos también, Noventa y nueve.

Failure


Esto me lo ha revelado un amigo hace unos días.


1.- Es necesario ir a Google.


2.- Colocar en la ventana de búsqueda la palabra "failure".


3.- Hacer click en "Voy a tener suerte" para la versión en español o "I´m feeling lucky" en inglés


4.- Esperar a ver qué sale



viernes, 19 de enero de 2007

Mokridge, Amgine y Batman...


En una escena de Batman, la serie animada, Mokridge, un gris personaje que encarna el arquetipo del capitalista salvaje de mente pragmática, le dice al Sr. Amgine: La razón por la cual su nombre no figura ya en esa puerta es una sola y muy sencilla: Ud. está despedido. Amgine gaguea, se asombra, y luego le espeta a Mokridge en la cara que de no ser por su ingenio singular, de no ser por su incunable inteligencia la Compañía del Acertijo del Minotauro no sería nada y Mokridge, por supuesto, estaría en la más negligente y vergonzosa ruina . Un silencio incomodísmo se instala entre ambos, hasta que Amgine, con el rostro desencajado, y viendo ante sí la sonrisa burlona de Mokridge, se prodiga en descalificaciones hacia éste: le dice que no puede ver más allá de lo evidente, que no puede articular un razonamiento coherente, que apenas le alcanza la inteligencia para delegar, para encargar a una corte de subalternos oficiosos y lisonjeros la presentación de power point ante la junta directiva, asistido siempre por un computador de última generación que lo hace todo por él. Mokridge, entonces, le replica, modulando cada palabra como quien cata un manjar exquisito: Si tú eres tan listo, ¿por qué no eres rico? Amgine, con los platinos pegados, con el asombro temblándole en el labio inferior y la indignación calentándole las orejas, no atina a decir cosa alguna. Finalmente, sale de la escena masticando su indignación, asumiendo la ignominia con el decoro y la resignación del que recoge, por sexta vez en la tarde, el balón enredado en los guarales de la portería propia.
No puedo, francamente, sustraerme de sentir por Amgine una entrañable solidaridad, un no declarado afecto por los oprimidos y débiles.
Este Amgine se convertira, más tarde, en Enigma, esto es, El Acertijo. Y cuando Enigma (Acertijo) amenaza a Mokridge con alguno de sus divertidos e ingeniosísimos artificios, Batman (Bruce Wayne) lee tal amenaza no como un asunto estrictamente privado, sino como un atentado en contra del status quo, el estado de derecho, el american way of life, against all that is America about. Batman, pues, actúa asistido por la justicia, por la historia (eso quiere hacernos creer). Pero, en realidad, actúa impelido por la necesidad de mantener en secreto su supina ignorancia, su escandalosa falta de creatividad (en realidad Alfred lo hace todo), su pornográfica fortuna, su inconfesable filiación con Mokridge.

sábado, 13 de enero de 2007

Historia del joven y la princesa cautiva



Se alquila habitación en El Placer a joven caballero soltero, de buenas costumbres y excelente presencia, ordenado y sumamente limpio.

Con derecho a todo.





jueves, 11 de enero de 2007

A rey muerto, rey puesto o Edipo revisitado


Mi paciencia ha llegado a su límite. Con ello, queda en evidencia que su destino está ya escrito... Y puesto que lo último que verá será mi rostro enfurecido, de nada vale que intente astucia alguna o que se empeñe en repetir lo del vaticinio aquel en el que insiste.

--- Sea ---Dijo el otro exhalando despacio su resignación.

¿Realmente pensó que caería en esa treta tan socorrida, que me iba a tragar el cuento aquél de la sibila y su oráculo infalible? Venirme a mí con el viejo truco de “Ud. no sabe quién soy yo”. Ni que yo fuera cogido a lazo.

domingo, 7 de enero de 2007

THE MOST RELIABLE HOMELAND SECURITY DEVICE


Importante: todos los solicitantes deben leer y contestar marcando apropiadamente cada una de las siguientes preguntas:

No se puede otorgar una Visa a personas comprendidas bajo categorías específicas definidas por ley como no admisibles a los Estados Unidos (salvo cuando se obtenga por anticipado un permiso especial) ¿Se aplica a Ud. Algunas de las siguientes categorías?:

· ¿Ha sufrido alguna vez una enfermedad contagiosa
riesgosa para la salud pública o un desorden mental
o físico peligroso, o ha abusado de o ha sido adicto
a las drogas? Sí No

· ¿Ha sido arrestado o convicto por cualquier delito
o crimen aún cuando se beneficie por un perdón,
amnistía u otra acción legal semejante? Sí No

· ¿Ha sido alguna vez traficante de substancias
controladas (drogas), o prostituta, o tratante? Sí No

· ¿Ha tratado alguna vez de obtener, o ayudar a obtener
una visa, ingreso a los EEUU, o algún beneficio inmi-
gratorio a los EEUU, mediante fraude o tergiversación? Sí No

· ¿Ha sido deportado de los EEUU durante los últimos
cinco años? Sí No

· ¿Intenta ingresar a los EEUU para llevar a cabo
actividades subversivas, terroristas, o cualquier
otro propósito ilegal? Sí No

· ¿Alguna vez ha ordenado, incitado, asistido,
o de alguna otra manera participado en la persecusión
de cualquier persona a causa de raza, religión, nacionalidad
u opinión política, bajo control, directo o indirecto del
gobierno Nazi de Alemania, o del gobierno de cualquier área
ocupada por, o aliada con, el Gobierno Nazi de Alemania? Sí No

· ¿Ha participado alguna vez en un genocidio? Sí No

· ¿Alguna vez ha matado su papá cochino? Sí No

· ¿Le dio miedo la sangre? Sí No

En este punto, el oficial consular aplaude con violencia justo en frente de su cara, y si Usted pestañea: ¡You've screwed up sir, you're a terrorist!