
Una vez hechas las averiguaciones y concluidos los interrogatorios, mi padre decidió castigarnos. A mí, me expulsó de su casa y suspendió toda clase de prerrogativas, me dijo: “En adelante, te ganarás el pan con el sudor de tu frente”. A Eva le dijo cosas peores. Ahora, es la dueña del dolor. Con todo, lo bueno es que hemos nacido a otra vida. Pero a Eva cualquier cosa le duele.
2 comentarios:
Este texto SIEMPRE me ha gustado... !qué bueno que lo posteaste!
Besos a los 5!
Qué bueno que te gusta. La verdad no sabía que lo conocías.
Saludos también para tus chicos...
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