Mi paciencia ha llegado a su límite. Con ello, queda en evidencia que su destino está ya escrito... Y puesto que lo último que verá será mi rostro enfurecido, de nada vale que intente astucia alguna o que se empeñe en repetir lo del vaticinio aquel en el que insiste.
--- Sea ---Dijo el otro exhalando despacio su resignación.
¿Realmente pensó que caería en esa treta tan socorrida, que me iba a tragar el cuento aquél de la sibila y su oráculo infalible? Venirme a mí con el viejo truco de “Ud. no sabe quién soy yo”. Ni que yo fuera cogido a lazo.
--- Sea ---Dijo el otro exhalando despacio su resignación.
¿Realmente pensó que caería en esa treta tan socorrida, que me iba a tragar el cuento aquél de la sibila y su oráculo infalible? Venirme a mí con el viejo truco de “Ud. no sabe quién soy yo”. Ni que yo fuera cogido a lazo.
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