jueves, 11 de enero de 2007

A rey muerto, rey puesto o Edipo revisitado


Mi paciencia ha llegado a su límite. Con ello, queda en evidencia que su destino está ya escrito... Y puesto que lo último que verá será mi rostro enfurecido, de nada vale que intente astucia alguna o que se empeñe en repetir lo del vaticinio aquel en el que insiste.

--- Sea ---Dijo el otro exhalando despacio su resignación.

¿Realmente pensó que caería en esa treta tan socorrida, que me iba a tragar el cuento aquél de la sibila y su oráculo infalible? Venirme a mí con el viejo truco de “Ud. no sabe quién soy yo”. Ni que yo fuera cogido a lazo.

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